domingo, 16 de marzo de 2014

Y siempre es lo mismo.

Otra vez corriendo desesperada a tener algun lugar donde vomitar. Una nueva adolescencia que me ahoga en el momento menos preciso, una debilidad que se me aferra a las piernas en el día menos indicado. Y yo que solo atino volver a encerrarme en la cama, muerta de frío en verano, hermética en compañía, gruñona en lo innecesario. Pensaba anoche en lo terrible y avergonzante que es sentir que nadie me entienda. Tengo 25 años, no catorce. tengo un hijo, no una vida al pedo. Pero más allá de cualqier cosa que pueda llegar a razonar, es lo que siento, total incomprensión de cualquier justificacion de actos propios que pueda dar, total incomprension de mi forma de ver, de pensar, de actuar frente a mis vidas. No es el tema sentirse sola, porque el destino ha dado los giros necesarios para que hoy mi familia me acompañe y yo haya creado mi propio hogar también. Es algo mas profundo y complicadamente personal. Es sentirse sola con la cabeza, con el corazón que late haciendo tanto ruido que no me deja nisiquera dormir, me siento sola cuando nadie comprende por qué soy como soy, o mi modo de enfrentar los conflictos para resolverlos, me siento sola cuando alguien cercano lo primero que cree indicado hacer es remarcar mis errores tardíamente encarados en correción. Ok, ya lo sé, soy jodidamente imperfecta, no me lo recuerdes en el peor momento. Hubo cosas que hice a destiempo, ya lo sé, no necesito tu tono ofendido remarcándolo cuando me estoy desaciendo por no saber de donde sacar fuerzas para continuar mejorando. O la solución fácil "dale, levantate, no es momento para encerrarse a estar tirada en la cama". Como si yo eligiera eso, como si mi angustia me presentara un abanico de posibilidades de accionar y yo elijiera la peor. No, no me siento capaz de otra cosa. soy conciente de la pila de tareas por llevar a cabo, sé que es el peor momento para sentirse así, pero justamente repito: me siento sola conmigo misma, y dejarme arrollar por la tristeza también me hace peor, es un círculo asqueroso que termina transformándose en espiral y yo estancada. Y yo sentada en la computadora haciendo catarsis en vez de levantar el orto y hacer algo productivo. Y yo masticando bronca y desquitándome con la persona menos indicada, haciendo que todo sea peor y más terrible, encarrada en esa terrible idea que tengo siempre, que estando así nada bueno puede salir de mi. Y yo que me siento la peor, la menos capaz, la mas debil, la peor de todas, todo eso que me hace la más fea. Todo eso. Ese sentir de que todo es una mierda, de que lo que no es una mierda no es mío propio, lo que no es una mierda es lo que me dieron otros, no lo que yo misma pude crear. Así, así es sentirse mal, podria estar toda la maldta tarde sumando renglones y renglones repetitivos sobre mi sentir. Pero en una hora tengo que marcar tarjeta en la estación, son las seis de la tarde y todavía no me saqué el camisón, huelo mal, ninguna taza de café me despierta.

miércoles, 9 de enero de 2013

Es terrible para mi encontrarme en este momento sin cuadernito, submundo cuadernito, cuadernito terapia, cuadernito rivotril, no tengo birome tampoco. Tengo que restablecer la contraseña de este blog de lo olvidado que lo tenia. Pero tengo que vomitar este nudo que no va a dejarme dormir, acá en el medio de mi garganta todos los problemas juntos, lo familia, lo judicial, lo laboral, lo económico, la habitacional, la mugre y la limpieza, el dolor, las mudanzas que nunca paran,nunca paran,nunca paran, la falta de paz, la falta de horas de sueño. Todo, todo junto en esta noche cuando los problemas me han rebalsado tanto que tengo que volver a dormir en la casa de mi mamá. Hacía siete años que no dormía en la casa de ella, no siento otra cosa más que más inseguridad y desconfianza, eso acarrea al miedo, el insomnio, el revoltijo del pasado empujándome a preguntarme que mierda hago acá. Quien carajo me mando a dormir en la casa donde pasé los peores momentos de mi vida, la casa donde fui brutalmente golpeada, insultada, cuasi asesinada, castrada, encarcelada, censurada. Recapacito, estoy tocando fondo, tengo tres montañas de miedos rodeando un archipiélago de pánico, y no puedo dejar de usar palabras de terror. No puedo hablar de amor, tengo que vomitar mi nudo. Tengo que escribir las ganas que tengo de tomarme cinco vinos hasta quedar dormida, las ganas que tengo de cortarme los brazos para al menos darme el lujo de poder ser yo misma mi propia desesperación, solo para quitarle lugar al resto ,un ratito. Paro un poco. Mi mamá va y viene, molesta, mi mamá es una mosca, no entiende que necesito que me deje escribir un momento en paz, ni que tengo que chatear tranquila vía facebook con el amor de mi vida,mi novio necesita aprender como hacer un omellete y yo soy la única que puede enseñarle, mi vieja no entiende nada y nunca lo va a entender ,vuelvo a preguntarme que mierda hago acá. Me doy cuenta que podría estar dando vueltas sobre mi desesperación toda la noche, me doy cuenta que esto no me conduce a nada.

domingo, 27 de mayo de 2012

¿Imposible?

Cambiar el sufrir por dos palabras, a sonar por vez única. ¿Volverá acaso esa oración? Alejarme a la sombra es posible No sentir el corazón de metal es logrado, La verdad puede nombrarse inundando la existencia entera Sollozo de emoción, palpitar tibio Amor dicho, retorno imposible.

martes, 17 de mayo de 2011

No se puede despertar
bajo la tormenta
sin refugio ni ropas,
Volándose como las voces de arriba
Hacia abajo,
No se puede despertar
para no poder ir al alba,
e ir obligatoriamente al subsuelo
(No olvidado, cada despertar más y más presente).

Tampoco puede dejarse volar,
Empapar . Palidecer - Arrollar,
No podemos entregarnos pasivamente
a la desgracia.